Había una vez un pueblo en el que lo más temido era perderse
de noche y acabar en la "cueva tenebrosa.
De aquel lugar no había vuelto nadie, y cuando alguien se
perdía por allí lo último que se oía era un gran grito de terror y luego unas
enormes latigos.
La gente del pueblo vivía aterrorizada ante la
posibilidad de que el monstruo un día abandonara la cueva, y llenaban la
entrada con regalos y comida que al poco desaparecían.
Un día llegó por aquella zona un joven Entró en la cueva
alumbrándose con una antorcha
y en cuanto se acercó un poco, sintió un fuerte golpe en la
espalda que le empujó hacia adelante, hacia un agujero en la roca que no
pudo evitar, y cayó
Pero según iba cayendo, sintió música, y voces, y más
claridad, y cuando dejó de caer y fue a parar contra un suelo blando, oyó
un grito unánime:¡sorpresa!, y sin creérselo, se encontró enseguida en
medio de una gran fiesta.
Allí estaban todos los que nunca habían vuelto al pueblo, y
le explicaron que aquel lugar era idea de un antiguo alcalde del pueblo, que
trató de hacer grandes cosas y no pudo por el miedo que siempre tenían sus
vecinos, y que cansado de aquella vida de miedo, había inventado la
historia del monstruo para demostrarles el poco sentido que tenía su actitud.
Así que allí se quedó en joven, disfrutando de la
fiesta en compañía de todos aquellos que se habían atrevido a acercarse a la
cueva.
ELABORADO POR: Huamaní Huallpa, Nilthon Kilder.
usted puede descargar a través de este vínculo:LA CUEVA TENEBROSA
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